Con una tristeza en los ojos jamás antes vistos
Unos ojos antes expresivos, de una alegría inexistente, de un algo imaginario
Aquellos ojos que alguna vez sonrieron, por un halago no recibido
Que lloraron por una despedida no anunciada
Y que hoy pertenecen a un fantasma
aquel que acompaña mis delirios
Que exaspera mis desvelos
Que me perpetúa los recuerdos, ya olvidados
Un fantasma que a lo largo de los años se convertido en demonio
Que me observa por las noches con sus ojos de dragón
Sin descanso, sin huida, sin tregua
Y parece que lo más sensato es aceptarlo
Jamás se ira, será tu vida, causara tu muerte.
Al final, de cara con la ausencia, sin poder voltear
Sin incertidumbres, agotadas las excusas,
Fuera de tu patética existencia trivial, sin nada para dar
Sin sentir, sin pensar, sin creer, sin la necedad de ello
El final de la existencia, mas ignorantes que al principio,
Insignificantes, olvidados, doloridos, sin mas que el profundo dolor
Que se conservara a lo largo de los años, el pasar de los soles.