domingo, 6 de mayo de 2012


Esta vez te veías como hace mucho
por años te habías ocultado de ti
pero esta vez, no había forma de negarte
estabas ahí cual eres
amorfo, deforme, anhelante
te veías en tu verdadero color
(translucido grisáceo)
tan insignificante e intrascendente.

Todo había vuelto a ti de golpe
la soledad a la que habías rehuido llegaba intempestivamente
dejando pasar a tu mundo aquello que habías olvidado
que esperanzadoramente creías haber sepultado atrás
después de ese gran golpe quizá no podrías levantarte.

La esperanza comenzaba a abandonarte
volvías a ser tú
toda tu esencia volvía a ti 
recordabas lo que se sentía ser tú
volvías a vivirlo
llevabas anhelándolo meses.

Ahora te dabas cuenta que habías olvidado el dolor
que estaba regresando y esta vez o podrías huir de nuevo
la soledad regresaba con esa sutil y deliciosa forma de torturarte
tendrías que disfrutarla de nuevo
convivir con ella
decir adiós a muchas cosas vánales
al fin eras tú de nuevo
la luz se había ido.

De nuevo el camino en penumbras
con sombras
que se hacían más grandes
porque si, todo lo demás también estaba ahí
más fantasmas, nuevos demonios
listos a no dar tregua 
a velar tú sueño y mortificar tu insomnio
seguirte como sombra en los días
y alejar  la luz
ahora parecías no estar listo
pero ya no había marcha a tras.