sábado, 19 de abril de 2008

Ahora si veías como la esperanza tomaba el último barco,

a un lugar al que no estas dispuesto a ir,

y digo ahora si, porque por primera vez lo lamentabas,

toma tan poco tiempo acostumbrarse a ella,

un instante cerca, sirve para añorarla toda la vida.

De pie frente al mar de sueños muertos y lagrimas inagotables,

sueltas una promesa, que se pierde en el horizonte antes de ser escuchada por ti.

La soledad toma sabores inesperados.

Como las sensaciones que dejan las lágrimas al chocar con los peñascos,

y a su vez cuando acarician tus pies en la playa.

La soledad se hace frió, hartazgo y muerte. La muerte abunda, te persigue, sin ganas de alcanzarte. Con un golpe certero caes al piso sin aliento ni vida. Solo los fantasmas son capaces de tomarte en sus brazos y llevarte a eternos caminos ya recorridos. Por fin eres uno de ellos.

Como lastima lo que no es real, los recuerdos no son reales pero existen por que insten en perseguirte.

Aun divisas el barco en el horizonte,

te resistes a dejarlo ir,

como si el extender tus brazos en el vació sirviera de algo.

Estas cayendo, sin saber como ni donde,

Ahora solo estas

Estupidamente en lo único que piensas es en el barco,

Ese barco que lleva la ultima esperanza quizá sin saberlo.

Extraña esperanza que dejaste ir,

Por que solo abandonando a la esperanza se puede comenzar a ser

Así que no arrepientes.